sábado, 30 de septiembre de 2017

Curiosidad de septiembre 2017: El rubí del Príncipe Negro

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State Imperial Crown. Corona imperial de estado británica


En esta entrada del blog me gustaría invitaros a que recordéis la ceremonia de apertura del Parlamento británico. Lo más llamativo es la imagen de la reina vistiendo la capa de terciopelo rojo y la corona imperial, que aparece en la foto de arriba. Entre las piedras preciosas de la corona destaca por su tamaño y brillo, la de color rojo intenso, engastada en el centro de la corona. Es conocida como el Rubí del Príncipe Negro, pero se podría llamar también el rubí del Rey Bermejo. 

Este Rey Bermejo tuvo en su poder el rubí mucho antes de que llegara a estar engastado en la corona inglesa. Muhammad VI, que así se llamaba, estuvo por poco tiempo en el trono del Reino Nazarí de Granada, durante el siglo XIV. ¿Como llegó un rubí del tesoro real de la Alhambra hasta la corona imperial inglesa del siglo XX? 
Si habéis leído mi entrada del 1 de julio de 2017, sabréis que el Príncipe Negro, heredero de la corona inglesa, vino a la península a ayudar a Pedro I  el Cruel heredero de la corona de Castilla,  en su lucha contra su hermanastro, el bastardo Enrique de Trastámara. Castilla no era el único reino que estaba en guerra en aquel momento. En Europa se libraba la Guerra de los Cien años entre Francia e Inglaterra, y el Reino Nazarí de Granada estaba viviendo la lucha de Muhammad V y Muhammad VI por el trono.  

Muhammad VI había ayudado a Ismail II a derrocar a su hermanastro, Muhammad V. Este tuvo que huir al norte de África, dicen que disfrazado de esclava. En menos de un año, Ismail II fue asesinado y subió Muhammad VI al trono del Reino de Granada. Pero para ese entonces, Muhammad V había vuelto de África, y en esta ocasión fue Muhammad VI el que tuvo que huir. Se llevó a Sevilla en su huida gran parte del tesoro real de la Alhambra. Su idea era ofrecerle a Pedro I el Cruel estas riquezas a cambio de que lo ayudara a recuperar el trono del Reino de Granada, pero el rey castellano había hecho ya un trato con Muhammad V, así que mató a Muhammad VI y a sus acompañantes y se quedó con las riquezas que llevaban. Esto fue en la primavera de 1362.

Muchos de estos datos se conocen a través de la "Crónica del rey don Pedro" de Pedro Pérez de Ayala. Según esta crónica, entre las piedras preciosas que pasaron a pertenecer a Pedro I a raíz del asunto con el Rey Bermejo, Muhammad VI,  se encontraban varias "piedras balaje" que son descritas como "muy nobles y muy grandes, cada una como un huevo de paloma". Un poco más adelante explicaré qué es eso de "piedras o rubíes balaje".

En 1366, cuatro años después de que Pedro I matara a Muhammad VI y se quedara con las piedras preciosas, las mismas Crónicas citadas anteriormente nos describen al rey castellano recién huido de los reinos hispanos. Ahora es él el que tiene problemas, porque su hermanastro le disputa el trono de Castilla. Se cuenta en estas Crónicas cómo Pedro I le entrega al Príncipe Negro, hijo del rey de Inglaterra, sus joyas personales  como pago por su ayuda para luchar por la corona de Castilla. Entre estas joyas están los "rubíes balaje" del tesoro de la Alhambra que Pedro I el Cruel le había confiscado a Muhammad VI. El Príncipe Negro murió antes que su padre, por lo que no llegó a reinar, pero lució el rubí del rey Bermejo granadino en las batallas en las que participó antes de su muerte. Le gustaban mucho las gemas. El rubí lo heredó su hijo, Ricardo II Plantagenet. En 1415 encontramos al rey Enrique V de Inglaterra con el rubí en la corona durante la batalla de Agincourt. Unos años más tarde, según dice Gabriel Pozo Felguera con mucho gracejo en la fuente nº 2, 

La arriesgada costumbre de los monarcas de aquella época de luchar con la corona real sobre el casco le llevó a otro susto con el rubí. En la batalla de Bosworth (1485), el rey Ricardo III perdió la vida, el reino y la corona. La joya real fue hallada días después, partida en dos, en unos matorrales. A partir de entonces, el duque de Richmond pasó a reinar como Enrique VII de Inglaterra; inauguraba la dinastía Tudor y la corona con el rubí de la Alhambra.

El rubí que hoy día está engastado en la corona perteneció a Catalina de Aragón cuando ésta ostentó el título de reina de Inglaterra por su matrimonio con Enrique VIII.  En la época de Cromwell, Carlos I fue depuesto, acusado de traición, y ejecutado. Sus bienes fueron subastados, y el rubí fue vendido por 4 libras a simpatizantes monárquicos. Cuando se restauró la monarquía con Carlos II, el rubí fue recuperado para la corona inglesa . Desde 1671 las joyas de la Corona, incluido el rubí engastado en la corona imperial, están custodiadas en la Torre de Londres. La decisión de llevarlas allí se debió a que se produjeron varios intentos de robo.
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Torre de Londres, donde se custodian las Joyas de la Corona británica
  Hoy día se considera Mianmar, en el Sudeste asiático, como el lugar de origen más probable del rubí. Seguramente llegó a manos de comerciantes genoveses o venecianos a través de la ruta de la seda. Estas repúblicas de la península itálica mantenían muchos vínculos comerciales con el Reino de Granada , y así se supone como tesis más probable que el rubí pasó a formar parte del tesoro de la Alhambra. 

Debido a que esta gema pasó la primera parte de su historia conocida en tierras hispanas nos interesa saber que recibe en castellano el nombre de rubí, aunque no es exactamente un rubí. Es una piedra llamada "espinela". Como antiguamente se llamaba a las espinelas "rubí balaje", es decir, rubí del país de Balahs, al final quedó simplemente como "rubí". Esta piedra preciosa aparece así descrita en la fuente nº 1: 
dicha espinela que no esta facetada sino solo pulida de su cristal natural , un octaedro irregular desplazado; es una de las más grandes  jamás encontradas en su calidad y color, y como siempre en estas joyas a parte del valor como gema, su historia y vicisitudes hacen de ella una pieza única. Tiene unos 170 quilates de peso y está taladrada.
La pequeña gema, un poco más clara, que aparece incrustada en la espinela es un rubí verdadero, cuya función es tapar el agujero que se le hizo para poder llevarla como colgante. Se puede apreciar perfectamente en la foto que aparece al principio de la entrada.

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George I , corona Imperial, 1714
Imperial_State_Crown_of_Queen_VictoriaVictoria, Corona Imperial, 1838
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George VI, corona actual, 1937


Según la tradición, el rubí traía mala suerte a los que los llevaban. Dicen en la fuente nº 4:

 "Antiguamente se decía que sobre el rubí pesaba una maldición. Muhammad VI y Pedro I la poseyeron y fueron destronados y asesinados. El Príncipe Negro murió antes de llegar al trono, y Ricardo III la llevaba cuando murió. Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII, la lució en varias ocasiones, hasta que su marido se hartó de ella (de Catalina, no de la gema) y se divorció. Carlos I la perdió a la vez que la cabeza. Sin embargo, a partir de Carlos II parece que la maldición ha dejado de darle guerra a la monarquía británica."
Pues ya sabemos cómo un "rubí balaje" salió de la corte Nazarí para acabar engastado en la corona que se usa actualmente para las solemnidades por parte de los monarcas británicos. Otro vínculo curioso de hace varios siglos, que demuestra que ha habido una relación intensa entre lo que hoy día son España y Gran Bretaña.


Fuentes: 

  1. http://ricardodiejoyas.com/joyas-historia-historia-joyas-rubi-del-principe-negro/
  2. http://www.granadahoy.com/granada/rubi-Alhambra-Corona-Britanica_0_421757956.html
  3. http://www.vallenajerilla.com/berceo/antoninoperez/rubiprincipenegro.htm
  4. http://laescaleradeiakob.blogspot.com.es/2013/09/el-rubi-del-principe-negro.html
De las imágenes:

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