miércoles, 28 de febrero de 2018

Vender y comprar la historia

Bienvenidos de nuevo al blog. Hoy vamos a ver arte medieval español en un país que no tuvo, propiamente hablando, Edad Media:  EEUU.


A principios de siglo XX se puso de moda entre los tratantes de arte y millonarios estadounidenses comprar arte europeo, pero no el típico cuadro o estatua, sino edificios enteros o parte de ellos. Las zonas que más sufrieron esta actividad expoliadora fueron Francia y España.  Hoy día se pueden ver estos fragmentos artísticos en EEUU decorando tanto casas privadas, como atracciones turísticas,  museos, etc. Y digo actividad expoliadora porque se paseaban por España tratantes de arte y anticuarios comprando partes del patrimonio, aprovechándose, unas veces de la ignorancia de los habitantes de los pueblos donde se encontraban estos edificios, otras, de los vacíos legales en países no preparados para esta fiebre por su arte de siglos anteriores, ni preparados para traficantes sin escrúpulos. En otras ocasiones sacaban partido a la necesidad económica de los dueños. En otras, simplemente, se robaron piezas artísticas. También tuvieron su parte de responsabilidad los que vendieron estas obras de arte, sin sensibilidad ni preparación para ser conscientes de la herencia que estaban malvendiendo.

Tengo que decir que Archer Milton Huntington, creador de la Hispanic Society en Nueva York en 1904, es una excepción en esto, por el respeto con el que trató a España y las obras de arte y documentos, libros...etc. que adquirió, y por la finalidad absolutamente filantrópica que tenía respecto a su uso. Esto se puede ver en la entrada de febrero de 2017 llamada "El Cid en Nueva York".
Exterior de la ermita de San Baudelio de Berlanga


 En esta entrada me voy a centrar en las pinturas murales de San Baudelio de Berlanga, en la provincia de Soria. Parte de las pinturas que decoraban esta ermita fueron arrancadas en 1922. Seis fragmentos se encuentran en la actualidad en el Museo del Prado, pero la mayoría acabaron en distintos museos o en colecciones privadas en EEUU. Entre los museos estadounidenses que se citan en la fuente nº 2 (Museo del Prado) están el Museum of Fine Arts de Boston, Indianapolis Museum of Art, Cincinnati Art Museum y el Metropolitan Museum of Art de Nueva York (The Cloisters).





El edificio es un tanto misterioso en cuanto a su función exacta, ya que se habla de él como ermita, pero también hay quien considera que era la iglesia de un monasterio que existió en el siglo XII. Algunos autores le asignan una etapa previa musulmana, anterior , a su vez, a un edificio cristiano de la época visigoda.


Conjunto de arcos bajo la tribuna


En la ermita había una franja de pinturas bajas, otra de pinturas altas, las que estaban alrededor del ábside y las pinturas del oratorio del coro. Es un compendio de influencias artísticas de los siglos XI - XII. Las pinturas de la franja superior tienen una clara relación con Santa María de Tahüll, en Lérida. Según la fuente número 3 fueron realizadas por artesanos pirenaicos; representan temas bíblicos. En las pinturas de la franja inferior aparecen escenas de caza, y tienen influencia mozárabe. Esto hizo de esta ermita un lugar de gran originalidad. En la página 27 de esa misma fuente número 3 podéis ver una foto de 1880, posterior a la Desamortización pero anterior al expolio, con comentarios muy curiosos del obispo Román de Sigüenza, que hizo, así, la primera descripción del edificio.

Columna central del edificio


Como consecuencia de la Exposición de 1892 conmemorativa del Descubrimiento de América se crea el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones en 1893, decana de las revistas de arte y arqueología españolas, según parece en la página 28 de la fuente nº 3. En ella van apareciendo a principios del siglo XX una serie de estudios sobre el lugar. En 1917 es declarado Monumento Nacional, a petición de los estudiosos que habían llevado a cabo las publicaciones.

En el año 1922 los doce vecinos que figuraban como dueños del monumento deciden vendérselo, por su cuenta y riesgo, a un tal León Leví, que andaba por España por lo visto desmantelando monumentos para hacer negocio con ellos. El asunto se denunció, y, aunque las autoridades se opusieron de palabra al expolio, no se tomaron medidas inmediatas, se dejó pasar el verano y, para cuando la Real Academia de la Historia se reunió, ya en octubre, las pinturas habían volado. Hubo problemas legales, porque, al ser Monumento Nacional, se consideró la venta fraudulenta, pero finalmente en 1925 el Tribunal Supremo permitió a León Leví, el comprador, que dispusiera de la parte de las pinturas que había comprado y mandado arrancar. Estas salieron de España  en 1926. Se habían vendido por 65.000 pesetas. Fueron unos técnicos italianos los que se ocuparon del arranque. Ese mismo año, parte de los frescos fueron restaurados en Londres. Los frescos expoliados no se vendieron tan fácilmente en las décadas posteriores, y el anticuario en cuyo poder estaban, G. Dereppe, organizó una exposición en la que reprodujo la ermita y, como solo disponía de parte de las pinturas, llenó el resto de espacios con obras de otra procedencia, una especie de extraño collage. De este montaje se puede ver una foto en la página 43 de la fuente número 2. Dicho montaje, aunque poco riguroso, consiguió su objetivo y los frescos finalmente se vendieron.

Los elefantes son una figura recurrente en la Edad Media, si bien aparecen representados de manera poco realista porque solo se los conocía por referencias, no los habían visto nunca. Aquí tenéis el elefante de San Baudelio de Berlanga;
Elefante transportando edificio


Como dije al principio, el Museo del Prado dispone de seis de los fragmentos. Esto se debe a que el Metropolitan Museum de Nueva York los cedió en préstamo indefinido a cambio de las ruinas románicas de San Martín de Fuentidueña en Segovia.


De esta manera, podemos ver cómo parte del pasado histórico de España fue, literalmente, arrancado, desarraigado, y trasplantado a otro país. Lo que veo yo de curioso en todo esto es que hasta hace poco, los norteamericanos, en general, ignoraban o consideraban absolutamente indiferente que todo ese patrimonio proviniera de España. Es más, se permitían el lujo, y todavía algunos se lo permiten hoy, de despreciar lo hispano, al mismo tiempo que se hacían de colecciones de arte hispano que les proporcionaban una "sensación" de raíces históricas de las que ellos carecían. 

Esta actitud se puede ilustrar con una anécdota que le ocurrió  al propio filántropo y amante de la cultura hispana Huntington, mencionado anteriormente. Un día le dijo un amigo de la familia llamado Morris Jessup que era director del Museo Americano de Historia Natural, que para qué quería estudiar una civilización que había "pasado y estaba muerta". Los razonamientos del joven Huntington explicándole porqué quería dedicar su tiempo al estudio de la cultura de los países de habla hispana y portuguesa fueron tan acertados que el padre de Huntington, reticente con el amor de su hijo por la cultura hispana, lo animó desde entonces a seguir con su aficción. 


Lo que resulta mezquino de todo esto, como decía, es que, al mismo tiempo que utilizaban arte hispano para ornamentar sus casas y dotar de contenidos sus museos,  no tenían la deferencia histórica de reconocer el origen de ese patrimonio artístico, se  aprovechaban de un arte y una cultura sin reconocer su origen. Hablo en pasado porque, afortunadamente, hoy día se está empezando a reconocer ese origen hispano de una parte nada desdeñable de la cultura estadounidense.

Para terminar, quiero compartir con los lectores un poema que escribió Gerardo Diego sobre la ermita de San Baudelio y su historia. Este poeta de la Generación del 27 visitó la ermita cuando ya había sido expoliada. Aparecen referencias a la pintura del elefante, a la columna central en forma de palmera, a las ovejas, porque la ermita había sido utilizada como cabaña de ovejas y al expolio por parte de León Leví:

—Que no.
—Que sí madre, que sí.
Que yo los vi.
Cuatro elefantes
a la sombra de una palma.
Los elefantes, gigantes.
—¿Y la palma?
—Pequeñita.
—¿Y qué más?
¿Un quiosco de malaquita?
—Y una ermita.
—Una patraña,
Tu ermita y tus elefantes.
Ya sería una cabaña
con ovejas trashumantes.
—No, más bien una mezquita,
Tan chiquitita.
La palma
me llevó el alma.
—Fue solo un sueño, hijo mío.
—Que no, que estaban allí,
Yo los vi,
los elefantes.
Ya no están y estaban antes.
(Y se los llevó un judío,
perfil de maravedí).


¡Hasta pronto!



Fuentes

  1. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/8/8c/San_Baudelio_de_Berlanga_33.JPG/220px-San_Baudelio_de_Berlanga_33.JPG de la foto de la ermita.
  2. https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/pinturas-murales-de-san-baudelio-de-casillas-de/2d8a2b36-77b8-492d-880e-4274cb09d5ad 
  3. Estudio de Milagros Guardia sobre la ermita de San Baudelio: http://publicacions.uab.es/pdf_llibres/MAR0010.pdf
  4. Sobre el proceso de expolio de San Baudelio de Berlanga: http://picotaycepo.blogspot.com.es/2011/07/de-soria-al-pirineo-leon-levi-la-sombra.html
  5. De la foto de la columna central interior: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/a/a1/San_Baudelio_Pilar.jpg/170px-
  6. En este enlace podéis encontrar una descripción muy buena tanto del entorno como del interior de la ermita. En la segunda mitad del artículo se centra en las características de los elefantes. Es el blog sobre neurociencia de José Ramón Alonso, que tiene muchísimos títulos, condecoraciones y reconocimientos. Entre ellos, me ha llamado la atención el de Rector de la Universidad de Salamanca: https://jralonso.es/2014/03/05/el-elefante-de-san-baudelio-y-la-memoria/ 
  7. En este enlace podéis ver fotos preciosas del interior de la ermita:http://www.jotdown.es/2014/03/una-palmera-en-soria/


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